Qué Es la Amiloidosis y Qué Le Hace al Cuerpo

La amiloidosis aparece cuando proteínas anormales se acumulan en órganos y tejidos. Los síntomas varían según el tipo y la zona afectada, e incluyen desde fatiga hasta hinchazón o dificultad para respirar. Esta reseña resalta las principales señales de advertencia y los puntos de diagnóstico a tener en cuenta.

Qué Es la Amiloidosis y Qué Le Hace al Cuerpo

Cuáles Son los Primeros Signos y Síntomas de la Amiloidosis

Los síntomas de la amiloidosis pueden variar considerablemente según los órganos afectados y el tipo específico de la enfermedad. Los signos tempranos más comunes incluyen fatiga inexplicable, pérdida de peso no intencional, hinchazón en las piernas y tobillos, y dificultad para respirar durante actividades cotidianas.

Muchos pacientes también experimentan entumecimiento u hormigueo en las manos y pies, especialmente en los dedos. La piel puede mostrar cambios como hematomas fáciles, especialmente alrededor de los ojos, y puede aparecer más gruesa o cerosa al tacto. Los problemas digestivos, como diarrea, estreñimiento, sensación de saciedad temprana o náuseas, también son síntomas frecuentes que pueden pasar desapercibidos inicialmente.

Qué Causa la Amiloidosis

Las causas de la amiloidosis dependen del tipo específico de la enfermedad. La amiloidosis AL (cadenas ligeras) es la forma más común y ocurre cuando las células plasmáticas de la médula ósea producen proteínas anormales. Esta forma puede desarrollarse de manera espontánea o estar asociada con trastornos como el mieloma múltiple.

La amiloidosis AA (asociada a inflamación) resulta de inflamación crónica prolongada causada por enfermedades infecciosas, inflamatorias o autoinmunes como la artritis reumatoide o la enfermedad inflamatoria intestinal. Los tipos hereditarios se deben a mutaciones genéticas que se transmiten de padres a hijos, mientras que la amiloidosis relacionada con la edad ocurre cuando ciertas proteínas normales se vuelven inestables y forman depósitos amiloides con el tiempo.

Cómo Afecta la Amiloidosis a Distintos Órganos del Cuerpo

El corazón es uno de los órganos más frecuentemente afectados, donde los depósitos de amiloide causan engrosamiento de las paredes cardíacas, llevando a insuficiencia cardíaca, arritmias y reducción de la capacidad de bombeo. Los riñones también sufren daño significativo, resultando en proteinuria, retención de líquidos y eventualmente insuficiencia renal.

Cuando la amiloidosis afecta el sistema nervioso, puede causar neuropatía periférica con entumecimiento, dolor y debilidad en las extremidades. El síndrome del túnel carpiano bilateral es particularmente común. El hígado puede aumentar de tamaño y mostrar función alterada, mientras que el tracto gastrointestinal puede experimentar motilidad reducida, malabsorción y sangrado. En algunos casos, los depósitos en la lengua la hacen aparecer agrandada, y la piel puede desarrollar lesiones características y fragilidad vascular.

Qué Métodos de Diagnóstico Se Usan para Identificar la Amiloidosis

El diagnóstico de amiloidosis requiere un enfoque multidisciplinario que combine historia clínica, exámenes físicos y pruebas especializadas. La biopsia de tejido sigue siendo el estándar de oro para confirmar el diagnóstico, utilizando tinción rojo Congo que muestra birrefringencia verde característica bajo luz polarizada.

Los análisis de sangre pueden detectar cadenas ligeras libres en suero, troponinas cardíacas elevadas y marcadores de función renal y hepática alterados. La ecocardiografía revela cambios estructurales cardíacos típicos, mientras que la gammagrafía ósea con tecnecio-99m puede identificar depósitos cardíacos. Las pruebas genéticas son esenciales cuando se sospecha amiloidosis hereditaria, y la electroforesis de proteínas en suero y orina ayuda a caracterizar el tipo específico de proteína involucrada.

Qué Opciones de Tratamiento Existen para la Amiloidosis

El tratamiento de la amiloidosis se enfoca en controlar la producción de proteínas precursoras y manejar los síntomas de disfunción orgánica. Para la amiloidosis AL, los tratamientos incluyen quimioterapia similar a la utilizada para el mieloma múltiple, con medicamentos como melfalán, dexametasona y bortezomib. El trasplante autólogo de células madre puede considerarse en pacientes selectos.

La amiloidosis AA se trata principalmente controlando la enfermedad inflamatoria subyacente mediante antiinflamatorios, inmunosupresores o terapias biológicas. Para los tipos hereditarios, los estabilizadores de proteínas como el tafamidis pueden prevenir la formación de amiloide, mientras que el trasplante de hígado puede ser curativo en algunos casos. El manejo de soporte incluye diuréticos para la retención de líquidos, medicamentos para el corazón, tratamiento de la neuropatía y soporte nutricional según sea necesario.


La amiloidosis representa un desafío médico complejo que requiere diagnóstico temprano y tratamiento especializado para mejorar el pronóstico. Aunque la enfermedad puede afectar múltiples órganos y sistemas, los avances recientes en opciones terapéuticas ofrecen esperanza para muchos pacientes. La colaboración entre especialistas y el seguimiento regular son fundamentales para optimizar los resultados del tratamiento y mantener la calidad de vida.

Este artículo tiene fines informativos únicamente y no debe considerarse consejo médico. Consulte a un profesional de la salud calificado para obtener orientación y tratamiento personalizados.